En su primer discurso ante el Cuerpo Diplomático acreditado en el Vaticano, el Papa León XIV destacó que no se pueden construir relaciones verdaderamente pacíficas, incluso dentro de la comunidad internacional, sin verdad. Subrayó que la paz se edifica desde el corazón, eliminando el orgullo y midiendo el lenguaje, ya que las palabras también pueden herir y matar. El Pontífice enfatizó que la verdad no es una ideología ni una herramienta política, sino una persona: «Cristo mismo». Por ello, abogó por «un lenguaje claro, franco y caritativo que ilumine la realidad sin manipularla». Este enfoque es esencial para enfrentar desafíos globales como las migraciones, el uso ético de la inteligencia artificial y la protección del medio ambiente.