La periodista y consultora Lara Cotera escribe en su columna en ‘El Español’ sobre el uso y el no uso del lenguaje: «No reconocemos lo que no nombramos. Por eso vamos al psicólogo y nos desahogamos con quien no nos juzga. No obstante, dejar que las cosas digan su nombre y pasar a la siguiente pantalla en el nivel de consciencia suele exigir valor y grandes dosis de aceptación; y por eso hay quienes nunca van al psicólogo y nunca intiman demasiado: porque la vulnerabilidad exige cierta práctica y fortaleza».
«Me gusta pensar que el lenguaje claro es una forma de legitimar la democracia. Que nombrar las cosas nos ayuda a hacerlas visibles y a tener un criterio. Y, en última instancia, a considerarlas desde la libertad; siendo eso un acto de amor y de respeto por nosotros mismos y por los demás», señala Cotera.